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Vivienda y Hogar no son lo mismo, al menos para los expertos. Mientras el primer concepto se relaciona con un espacio físico; el segundo dice relación con la familia y la comunidad.

Bajo esta premisa, la Organización Mundial para la Salud (OMS), ha venido trabajando en la promoción de la Vivienda Saludable en América Latina y el Caribe, donde el estado aún precario del hábitat sigue afectando la salud de millones de habitantes.

Es tan relevante esta idea núcleo que ya forma parte de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es causa común de los estados miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a la cual Chile también pertenece.

Para organismos como la OMS, la “vivienda” es sinónimo de descifrar una ecuación:

CASA (refugio físico donde vive una persona) + HOGAR (familia que habita bajo el mismo techo) + ENTORNO (ubicado inmediatamente al exterior de la casa) + COMUNIDAD (grupo de personas identificado como vecinos).

CONTRASTES

Las cifras no mienten: unos 160 millones de habitantes en América Latina y El Caribe (o sea un 40% de la población) cuenta con una vivienda adecuada. Sin embargo, a modo de contraste, 128 millones de personas viven en malas condiciones (esto es, 32% de la población urbana). Lo peor es que los índices no reflejan una tendencia a que se revierta a corto plazo este problema.

¿Los Factores de la VIVIENDA que ponen en riesgo la salud de las personas? Ahí están: “La contaminación del aire en interiores, la humedad, el plomo, el radón, los compuestos orgánicos volátiles, los molestos e incesantes ruidos, los residuos sólidos, la falta de higiene, de condiciones sanitarias y el hacinamiento”.

UN PEQUEÑO GESTO, GRANDES CAMBIOS

El derecho de habitación, es definido por la ONU como “el derecho de todo hombre, mujer, joven y niño a tener un hogar y una comunidad seguros, en el que puedan vivir con paz y dignidad”. Aún cuando se ha logrado poner el tema en el centro de las preocupaciones a nivel de las mesas de negociación internacional en el mundo entero, las desigualdades y las brechas siguen siendo carta de navegación de cientos de miles de personas desprotegidas.

Mientras la Organización Panamericana para la Salud (OPS), enfoca la Vivienda Saludable como un “Reto del Milenio” en los Asentamientos Precarios de América Latina y el Caribe con su “Guía para las Autoridades Nacionales y Locales”, se suman las nuevas tecnologías, el cambio (lo único permanente que nos va quedando), y la atareada agenda diaria de nunca acabar a la que nos vemos enfrentados, como nuevos elementos de estrés y tensión.

Éstos hacen que obligadamente se modifique y evolucione la ecuación en torno a la “Vivienda” tanto a nivel de espacio como de diseño.

Como parte de la Declaración de los Derechos Humanos, abundan hoy en día los Talleres educativos, el material bibliográfico y didáctico sobre la familia saludable. También hay publicaciones de interés. Ahí están, por ejemplo, el libro “Cómo hacer de tu hogar un entorno más sano”, cuyo autor español Mariano Bueno (1958), experto en geobiología y bíoconstrucción, escribe: “pequeños gestos generan grandes cambios; crear espaciossaludables, armonizar y sanar la casa ayuda a sanar la vida; vivir en una casa saludable es fuente de bienestar y de salud para las personas y para el medio ambiente”.

El modo actual de vida implica pasar casi un 90% del tiempo al interior de edificios de departamentos en las zonas urbanas. Es por esto que la salud dentro de la vivienda toma especial importancia y son necesarios los entornos más sanos, plenos y llenos de vida.

Bajo la premisa “Conoce, Apoya, Difunde”, en Puerto Capital Inmobiliaria te invitamos a reflexionar y compartir esta tribuna que aspira a colaborar con la toma de consciencia del necesario bienestar de los ciudadanos y de la comunidad en que cada uno de nosotros se desenvuelve.

Pensemos juntos en “desintoxicar” el hogar propiciando “hábitos más saludables”, buscando mayor confort, promoviendo los momentos de relajación, compartiendo experiencias con los demás,transmitiendo tus vivencias a la familia y con los amigos, aprovechando un poco más los tiempo de ocio, o reduciendo la exposición a campos eléctricos y al infaltable celular durante tus horas de descanso.

Al fin y al cabo, aportar con un granito de arena a la buena convivencia de forma cotidiana, ¡no le hace daño… a nadie!